Existen muchas formas de cómo prevenir un ACV, pero quizás la manera más simple de hacerlo es a través de la actividad física. Lo bueno es que no es necesario invertir mucho dinero ni tiempo, basta con realizar ejercicio unas dos o tres veces por semana por 45 minutos o una hora.
Sin embargo, si queremos reducir al máximo un ACV debemos realizar ejercicio regularmente, o así lo ha revelado un reciente estudio del Hospital General de Massachusetts en el que quedó demostrado que la actividad física regular puede reducir el riesgo de fibrilación auricular y ACV.
El estudio también demostró los beneficios de usar rastreadores de actividad física tales como relojes inteligentes, pulseras de actividad, relojes deportivos o relojes fitness para obtener datos más precisos sobre los niveles de actividad, así como para monitorear potencialmente condiciones como la fibrilación auricular.
La investigación que fue publicada en el European Heart Journal hizo la muestra a más de 93 mil personas del Reino Unido que tenían antecedentes de fibrilación auricular (ritmo cardiaco irregular por impulsos eléctricos rápidos en la aurículas del corazón). Los participantes usaron dispositivos como los antes mencionados con capacidad de monitorizar la frecuencia cardíaca durante una semana, que registraron la cantidad de actividad física que realizaron.
Cuando los investigadores hicieron el seguimiento de los participantes durante cinco años, las personas que realizaron un mínimo de 150 minutos de actividad moderada durante la semana en la que habían realizado el seguimiento de su actividad tenían un 18% menos de probabilidades de desarrollar fibrilación auricular o de sufrir un ataque cerebrovascular.
El autor del estudio, Shaan Khurshid, MD, dijo que los hallazgos “respaldan las recomendaciones de la Sociedad Europea de Cardiología, la Asociación Estadounidense del Corazón y la Organización Mundial de la Salud durante 150 minutos o más de actividad física moderada a vigorosa por semana”.
El otro hallazgo fue que los rastreadores de actividad física fueron más precisos para medir la actividad física que el autoinforme. La investigación encontró que los informes de los pacientes sobre sus niveles de actividad pueden ser subjetivos y poco fiables.
Si bien algunos estudios que se realizaron a nivel de población han mostrado un menor riesgo de fibrilación auricular en las personas que hacen ejercicio, ese vínculo. El autor aseguró que respecto a estos dispositivos y resultados que “no ha sido concluyente en parte porque esos estudios se basaron en los autoinformes de los participantes ", lo que, según él, es" una ciencia menos que exacta”.
Es aquí donde estos dispositivos pueden ser útiles, tanto para las personas que intentan realizar un seguimiento de sus niveles de actividad como para los investigadores que desean estudiarlos. Khurshid dijo que los equipos con acelerómetros “proporcionan una medida objetiva y reproducible de la actividad física”.
Según lo que pudieron observar en los participantes que llevaban rastreadores de actividad física, Lubitz dijo que el equipo descubrió que “la actividad de acuerdo con las recomendaciones de las guías se asocia de hecho con riesgos sustancialmente más bajos de fibrilación auricular y accidente cerebrovascular”.
Si estás interesado en adquirir un dispositivo de estos, lo primero que puedes hacer es probar con algunos podómetros, descargar aplicaciones de seguimiento en tu smartphone o dispositivos portátiles, hasta que encuentres uno que sea fácil de usar. Luego de esto deberás:
Si seguimos estos consejos le podremos sacar el mayor provecho a estos equipos y predecir cambios en nuestra frecuencia cardiaca u otros valores que sirven para detectar un posible ACV.
Pero no solo eso, si logramos ser constante con el uso de estos equipos estaremos logrando un cambio significativo en el estilo de vida, alcanzando uno más saludable y activo.
Es importante recalcar que los resultados obtenidos del estudio nos muestran que usar este tipo de dispositivos pueden ayudar a predecir un ACV, más no prevenirlo. Por lo tanto, es importante tomar las medidas pertinentes como una buena alimentación y hacer ejercicio para reducir el riesgo de padecer un ataque cerebrovascular.
Para prevenir un ACV, es importante conocer los
factores de riesgo
más comunes pues con base a ello, se arma la ruta de trabajo para prevenir un ataque cerebrovascular.
Si eres de los que sufre de presión arterial alta, es fundamental mantenerla baja ya que este es un factor de riesgo grandísimo, que puede duplicar incluso cuadruplicar la posibilidad de un ACV, si no se controla.
Lo ideal es mantener una presión arterial en menos de 120/80 si es posible. Para algunas personas mayores, esto podría no ser posible debido a los efectos secundarios de los medicamentos o mareos al estar de pie.
La obesidad es una enfermedad bastante letal, pues de ella se derivan otras enfermedades como la diabetes o la presión arterial alta. Todas tienen un papel importante cuando de ACV se trata y por ende son consideradas las principales causas de un evento cerebrovascular.
Para saber cómo prevenir un ACV, es importante controlar el peso, pues una persona con sobrepeso tiene altas probabilidades de sufrir un ACV, pero como todo organismo es distinto es importante consultar al médico para saber cuáles son las medidas óptimas que deben tomarse. No obstante, se sugiere:
Tratar de no comer más de 1500 a 2000 calorías al día (según el nivel de actividad y IMC actual).
Aumentar la cantidad de ejercicio ya sea practicando cualquier deporte o actividades simples como caminar. Lo importante es que hagan parte de nuestra rutina y que se realicen todos los días.
Si bien lo mejor para evitar un ACV es evitar el consumo de bebidas alcohólicas y el cigarrillo, a muchos de nosotros nos gusta disfrutar de estas bebidas en eventos sociales y no hay ningún problema en eso. El verdadero problema es cuando nos excedemos en el consumo de estas sustancias que pueden causar otras enfermedades como el cáncer.
Varios estudios han demostrado que beber un vaso de alcohol por día, el riesgo de sufrir un ACV puede ser menor. Pero una vez que comenzamos a beber más de dos tragos diarios, el riesgo aumenta considerablemente.
No beber más de un vaso de alcohol al día.
Que el vino tinto sea la primera opción, ya que contiene resveratrol, que se cree que protege el corazón y el cerebro.
Medir el tamaño de las porciones. Una bebida de tamaño estándar es un vaso de vino de 5 onzas, una cerveza de 12 onzas o un vaso de licor fuerte de 1,5 onzas.
Respecto al cigarrillo, tengamos muy presente que fumar acelera la formación de coágulos, espesa la sangre y aumenta la cantidad de placa acumulada en las arterias. Todo esto aumenta el riesgo de un evento cerebrovascular.
Lo ideal sería dejar de fumar, pero para quienes les cuesta pueden tratar de reducir la cantidad de cigarrillos diarios y combinarlo con ejercicio regular y una buena alimentación.
Que el médico nos aconseje cuáles son los métodos adecuados para dejar de fumar. Si existe algún tratamiento especial para hacerlo.
Para algunos el uso de pastillas, parches o chicles de nicotina les funciona para dejar ese hábito. La ayuda psicológica también puede ayudar.
Nunca nos rindamos. Es común que la persona deje de fumar por un tiempo y luego recaiga, pero no hay nada de malo en esto lo importante es tratar cuantas veces sea posible hasta dejarlo por completo.
Estas son algunas medidas de cómo prevenir un ACV. No obstante, lo mejor siempre es acudir al médico o especialista para que nos indique los métodos más convenientes para nosotros, pues como mencionamos cada cuerpo es distinto y lo que le puede funcionar a una, seguramente no te servirá a ti.
Para ampliar la información sobre cómo prevenir el ACV te invitamos a visitar
Recavar, allí encontrarás todo lo que necesitas saber para reducir el riesgo de presentar un ataque cerebrovascular.