Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año 15 millones de personas al año sufren un ataque cerebrovascular (ACV), también conocido como derrame cerebral. El accidente cerebrovascular es una emergencia médica porque se interrumpe el suministro de sangre al cerebro, lo que conlleva a una pérdida rápida de la función cerebral.
El
diagnóstico del ataque cerebrovascular desempeña un papel clave en el tratamiento y en la recuperación efectiva de los pacientes que llegan a sufrir un ACV. Por esta razón, queremos profundizar en los diferentes aspectos del diagnóstico, incluido el reconocimiento de los signos de advertencia, las pruebas médicas y la importancia de la intervención temprana.
El cerebro es el principal centro de control del organismo, se encarga de dirigir el área motora y de locomoción, del lenguaje, de lo visual y auditivo y de lo cognoscitivo. Está compuesto por miles de células nerviosas que requieren un suministro constante de oxígeno y glucosa, los cuales son transportados en la sangre. Cuando se interrumpe el flujo sanguíneo en zonas del cerebro y mueren las células nerviosas, esto es denominado
isquemia.
La zona de tejido cerebral muerto ocasionado por la isquemia se denomina infarto.
El flujo sanguíneo cerebral puede interrumpirse de dos formas: cuando un coágulo sanguíneo, obstruye una arteria del cerebro o del cuello o tras el rompimiento de una arteria deteriorada del cerebro. Cuanto más tiempo esté el cerebro privado de sangre, más grave será el déficit neurológico.
Los efectos de un ataque cerebrovascular fluctúan entre leves o graves, transitorios o permanentes. Algunos pacientes restablecen completamente sus facultades en cuestión de días, mientras que otros deben optimizar las funciones conservadas. La gravedad de un ACV varía en función del tipo de evento, la ubicación, extensión del tejido lesionado y la rapidez con la que se restablezca el flujo sanguíneo a las partes lesionadas del cerebro.
En este sentido, el oportuno diagnóstico de un ACV puede disminuir el riesgo del desarrollo de secuelas permanentes.
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El diagnóstico rápido de un ataque cerebrovascular es de suma importancia debido a su impacto significativo en los resultados del paciente y su salud en general. La valoración médica debe ser urgente y con precisión, ya que desempeña un papel crucial para determinar el tratamiento adecuado y facilitar la mejor recuperación posible para el paciente.
Un rápido diagnóstico del ataque cerebrovascular contribuye en los siguientes aspectos:
Identificar un accidente cerebrovascular con precisión ayuda a los profesionales de la salud a tomar decisiones informadas con respecto a las opciones de tratamiento. Los diferentes tipos de accidentes cerebrovasculares requieren enfoques específicos.
Por ejemplo, un ACV isquémico, causado por obstrucciones en los vasos sanguíneos, puede beneficiarse con la terapia trombolítica o la eliminación mecánica de coágulos, pero estas intervenciones son sensibles al tiempo. Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos, por otro lado, requieren medidas para controlar el sangrado y controlar la presión intracraneal.
Un diagnóstico adecuado guía a los especialistas médicos en la selección de las intervenciones más adecuadas, lo que podría prevenir daños mayores y mejorar las posibilidades de recuperación.
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"El tiempo es cerebro" es una frase ampliamente reconocida en el manejo del ataque cerebrovascular.
Cada minuto cuenta cuando se trata de diagnosticar y tratar un ACV. Un diagnóstico a tiempo permite el inicio oportuno de intervenciones, como la terapia trombolítica o los procedimientos endovasculares, que pueden ayudar a restaurar el flujo sanguíneo al área afectada del cerebro. Cuanto más rápido se administren estos tratamientos, mayor será el potencial para salvar el tejido cerebral y minimizar el riesgo de discapacidad.
El diagnóstico preciso no solo considera el manejo inmediato de un accidente cerebrovascular, sino que también es necesario como un paso crítico para prevenir futuros derrames cerebrales. Identificar la causa subyacente del ataque cerebrovascular, ya sea que esté relacionado con la
aterosclerosis, anomalías cardíacas u otros factores, permite a los profesionales de la salud desarrollar un plan de prevención secundaria adecuado.
Esto puede implicar modificaciones en el estilo de vida, regímenes de medicación o intervenciones quirúrgicas para reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares posteriores y mejorar los resultados a largo plazo de los pacientes.
El diagnóstico de un ataque cerebrovascular proporciona una base para el desarrollo de los planes de rehabilitación. La gravedad y la ubicación de la lesión cerebral resultante de un ACV pueden variar mucho entre las personas.
Un diagnóstico preciso ayuda a evaluar el alcance de los déficits neurológicos, guiando la formulación de estrategias de rehabilitación específicas para maximizar la recuperación funcional. Estos planes pueden incluir fisioterapia, terapia ocupacional, terapia del habla y otras intervenciones especializadas destinadas a restaurar la independencia y la calidad de vida.
Si quieres saber más sobre rehabilitación de derrames cerebrales, te invitamos a leer: ¿Cuáles son los efectos del ACV y cómo es la rehabilitación?
El diagnóstico del accidente cerebrovascular ofrece una oportunidad para que los médicos enseñen a los pacientes y sus familias sobre la afección, sus factores de riesgo y la importancia de las medidas preventivas. Comprender la causa del ataque cerebrovascular permite a las personas realizar los cambios necesarios en el estilo de vida, adherirse a los regímenes de medicación y participar activamente en su propia recuperación.
La educación desempeña un papel vital en la concientización sobre los síntomas del accidente cerebrovascular y la necesidad de atención médica inmediata, lo que podría salvar vidas a través de una intervención temprana.
En resumen, el diagnóstico de un ataque cerebrovascular es clave porque:
Para realizar el diagnóstico de un ACV es necesaria una serie de pruebas médicas y revisar la historia clínica del paciente. Actualmente, las herramientas y técnicas más utilizadas para diagnosticar con precisión un derrame cerebral son:
Examen físico: se realizará un examen físico completo, centrándose en evaluaciones neurológicas para identificar cualquier signo o síntoma de un accidente cerebrovascular.
Evaluación neurológica: se requiere un examen neurológico detallado para evaluar las habilidades motoras, la coordinación, los reflejos y la percepción sensorial. El examen ayuda a determinar los déficits causados por el ACV.
Pruebas de imagen: pueden optar por una tomografía computarizada que utiliza rayos x para captar imágenes del cerebro, ayudan a distinguir los ACV isquémicos y hemorrágicos. También están las imágenes por resonancia magnética que por medio de ondas de radio producen imágenes detalladas para analizar la ubicación y el alcance del daño causado por el ACV.
Angiografía: consiste en inyectar un tinte de contraste en los vasos sanguíneos y usar rayos X para comprobar el flujo sanguíneo dentro del cerebro. Se emplea para identificar obstrucciones en los vasos sanguíneos.
Electrocardiograma: es una prueba que registra la actividad eléctrica del corazón. A menudo se realiza para evaluar las anomalías del ritmo cardíaco o detectar cualquier evidencia de problemas cardíacos que puedan haber provocado un accidente cerebrovascular, como la fibrilación auricular.
Un ataque cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe el flujo de sangre al cerebro, lo que provoca el daño o la muerte de las células cerebrales. Puede ocurrir debido a dos razones principales:
Ambos tipos pueden ser el resultado de condiciones como presión arterial alta, tabaquismo, diabetes y enfermedades del corazón.
Para aprender a identificar los síntomas de un ACV puedes recordar el acrónimo CORRE:
Si sospechas que tú o alguien sufre un ataque cerebrovascular debes actuar rápidamente:
Para reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, se recomienda tener en cuenta los siguientes consejos:
Te invitamos a aprender más: Prevenir un ACV: 7 hábitos que te ayudan a reducir el riesgo
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