Un ictus o ataque cerebrovascular isquémico se presenta cuando un vaso sanguíneo que lleva el oxígeno y otros nutrientes al cerebro se tapa, evitando que el cerebro funcione de manera normal y las neuronas (o células del cerebro) mueran de manera casi súbita.
Entre todos los ictus que ocurren alrededor del mundo, el isquémico se presenta en un 85% de los casos, debido a que los factores de riesgo que desencadenan esta enfermedad cerebrovascular son más comunes, como la hipertensión arterial, la obesidad y el colesterol elevado.
Los anteriores factores de riesgo se asocian primordialmente a este tipo de ACV ya que tienden a que se acumule mayor cantidad de grasa en las placas arteriales, lo que hace que en algún momento se desprenda de las paredes de los vasos sanguíneos y provoque un taponamiento, a lo que médicamente se le denomina trombo, es por esto que es indispensable llevar una vida saludable alejada de las comidas procesadas y el exceso de grasas.
Las secuelas de un ataque cerebrovascular isquémico pueden ser reversibles si la persona recibe asistencia médica adecuada en menos de cuatro horas. El rápido tratamiento depende directamente del reconocimiento de los síntomas. Aquí le recordamos cuales son los síntomas de alarma de una forma muy fácil, para que actúe AHORA.
Estos síntomas se asocian para cualquier ACV sin importar la causa o procedencia, tenga claro que es mejor prender las alarmas de ictus y que los médicos lo descarten, a que se confundan los síntomas y la persona muera por no recibir asistencia especializada de inmediato.
Los trombos cerebrales se pueden presentar de dos formas, la primera es la trombosis, que ocurre cuando el coágulo se desarrolla en la misma vía cerebral, casi siempre sobre una placa de ateroma (grasa) que crece descontroladamente hasta que ocurre el taponamiento.
La segunda, es el embolismo, que refiere a cuando se forma un coágulo de sangre en cualquier parte del cuerpo y se desplaza hacia las vías cerebrales, hasta que llega a una arteria más pequeña provocando un taponamiento y un ataque cerebrovascular.
El tratamiento que se da a alguien que haya sufrido un ictus isquémico depende directamente del tiempo que haya transcurrido desde los primeros síntomas. Cuando la persona afectada llega al centro asistencial adecuado, deberán realizarle una tomografía computarizada o una resonancia magnética para determinar qué clase de ataque cerebrovascular está sufriendo, para luego aplicar un tratamiento.
El ictus isquémico es la primera causa de discapacidad en adultos en el mundo y es una emergencia médica que le puede ocurrir casi que a cualquier persona. Por lo anterior, todos deben estar bien informados para poder actuar oportunamente y así disminuir las secuelas permanentes con las que puede quedar el paciente cerebrovascular.
Un ataque cerebrovascular se presenta de manera súbita, por ello el tiempo es uno de los factores más importantes a la hora de prestarle ayuda a los pacientes.
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