Actúa oportunamente contra el ACV

Como la estimulación del nervio vago puede ayudar a la rehabilitación tras un ACV

Tratamiento del Ataque Cerebrovascular


Tratamiento del Ataque Cerebrovascular

El correcto y oportuno tratamiento del ataque cerebrovascular es la única forma para que un sobreviviente recupere la mayoría de sus funciones motoras, pues como es bien sabido por cada segundo que pasa sin atender el ACV millones de neuronas mueren. 


Teniendo en cuenta lo anterior, es normal que la ciencia siempre este buscando nuevos métodos para tratar este tipo de eventos a pesar de que por décadas el
tratamiento del ataque cerebrovascular siempre ha sido el mismo. 


En un reciente estudio piloto, publicado en la Revista Stroke, se descubrió un nuevo método para tratar a las personas con ACV. Este nuevo método combina la rehabilitación convencional con la estimulación del nervio vago (es el nervio craneal más largo) dando como resultado una altísima tasa de recuperación de los pacientes con afectación de la extremidad superior.


De acuerdo a la autora de la investigación, la doctora y directora del Laboratorio de Recuperación Cerebral del Instituto de Profesiones de la Salud del Hospital General de Massachusetts, Teresa Kimberley, el nervio vago, al ser estimulado, podría dar un impulso extra a las neuronas responsables de controlar el movimiento de la mano o el brazo. 


“La teoría es que el nervio vago, cuando se estimula, libera neurotransmisores en el cerebro. Así que si estás tratando de abrir la mano, todas las neuronas de tu cerebro que están asociadas con la apertura de la mano están tratando de trabajar, y esas neuronas tienen neurotransmisores adicionales disponibles para ayudar a fortalecer esa conexión sináptica”.


¿En qué consistió el estudio?


En el piloto participaron 17 personas, las cuales habían sufrido una trombosis entre 4 meses y 5 años antes de ser inscritas en el estudio. La metodología consistió en implantar un dispositivo activo que administraba estímulos eléctricos al nervio vago de ocho pacientes. Mientras que a los nueve pacientes restantes se les puso un dispositivo inactivo. 


Por un periodo de seis semanas los 17 participantes asistieron a varias sesiones de rehabilitación y al final de esas semanas, todos demostraron mejoras en la función de sus extremidades superiores. No hubo diferencias estadísticamente significativas en las mejoras observadas entre los participantes con un dispositivo activo frente al inactivo.


El estudio continuó con los pacientes realizando ejercicio de rehabilitación en casa por los siguientes 90 días y allí se encontró que los participantes con el dispositivo activo tuvieron mejoras mayores en la función de las extremidades superiores que los pacientes con dispositivo activo. 


Los resultados fueron: el 88% de los participantes con un dispositivo activo mostraron mejoras clínicamente significativas, en comparación con sólo el 33% de los que tenían un dispositivo inactivo.


Mientras que los participantes con un dispositivo activo siguieron mejorando a lo largo de la fase de ejercicio en casa, los que tenían un dispositivo inactivo perdieron algunos de los avances que habían conseguido inicialmente.


Ante los resultados, la autora se mostró positiva:
“Así que una de las cosas que me entusiasma de este enfoque es que podría ser una forma de prevenir ese retroceso a la línea de base cuando la terapia se detiene”.


A pesar de los buenos resultados, aún existe cierta duda sobre el método pues el simple hecho de someter a una persona a una intervención quirúrgica para la implantación del dispositivo, puede representar un peligro para el propio paciente que tras un ACV no tiene las defensas al cien por ciento. 


Mientras surgen nuevos método, el
tratamiento del ataque cerebrovascular convencional seguirá siendo la mejor opción. 


¿En qué consiste el tratamiento del ataque cerebrovascular?


El
tratamiento del ataque cerebrovascular está enfocado en la evaluación, estabilización, diagnóstico y manejo de acuerdo a la condición de cada paciente.  Para esto, el equipo de emergencia debe evaluar el tipo de ataque cerebrovascular que padeces y la extensión de área lesionada.


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De tal manera que es importante recordar que los ataques cerebrovasculares son todos aquellos trastornos en los cuales existe un daño u obstrucción en un área del cerebro que no permite el flujo vascular cerebral normal. Éstos se pueden presentar de manera permanente o transitoria y pueden estar asociados a eventos isquémicos hemorrágicos o alteraciones en los vasos sanguíneos.

Tratamiento del Ataque Cerebrovascular

El tratamiento de un ACV depende de si el paciente presenta un ataque cerebrovascular isquémico (oclusión de una arteria) o un ataque cerebrovascular hemorrágico (sangrado en el cerebro).


En caso de ser una ataque cerebrovascular isquémico, antes de 4 horas y media de inicio de los síntomas, se lleva a cabo la trombolisis. Este procedimiento consiste en diluir a través de fármacos el trombo que ocluye el vaso, con el fin de  recuperar el flujo sanguíneo. Puede ser de manera endovenosa o a través de un catéter o sonda que llegue hasta las arterias cerebrales posicionado bajo la guía de imágenes (rayos X).


Las técnicas endovasculares, han tenido resultados altamente exitosos y con menor riesgo de complicaciones, por lo que actualmente son realizados por neurólogos, neurocirujanos y radiólogos capacitados para el manejo de este tipo de procedimientos.


Por otro lado, el tratamiento de un ataque cerebrovascular hemorrágico está enfocado en controlar el sangrado y reducir la presión en el cerebro.


De esta manera, iniciará la administración de medicamentos para reducir la presión arterial, prevenir el vasoespasmo o convulsiones con el fin de evitar el compromiso de otras áreas del cerebro. Algunas técnicas quirúrgicas que podrían ser utilizadas por el médico son:


Ligadura quirúrgica:
consiste en la colocación de un pequeño clip o pinza en la base del aneurisma para detener el flujo sanguíneo. Esta pinza puede impedir que un aneurisma que ha sufrido un sangrado recientemente vuelva a recibir sangre.


Extirpación quirúrgica de la malformación arteriovenosa:
tiene como objetivo la extirpación de una malformación arteriovenosa más pequeña si se encuentra en una región accesible del cerebro para eliminar el riesgo de rotura y disminuir el riesgo de ataque cerebrovascular hemorrágico.


Todos estos procedimientos están sujetos, como mencionamos, al tipo de ACV que suframos. En ese sentido y previo a al
tratamiento del ataque cerebrovascular, el médico realizará una serie de exámenes para confirmar el diagnóstico, los cuales incluyen:


Exploración física:
se evalúan la alteración neurológica y la persistencia de los síntomas. Durante el examen físico se toman los signos vitales y se tendrá en cuenta todos los antecedentes personales, familiares, tóxico alérgicos, farmacológicos en relación con enfermedades cardíacas, arteriosclerosis o accidentes cerebrovasculares previos.


Análisis de sangre
: son pruebas que estarán enfocadas en evaluar la rapidez de la formación de los coágulos de sangre.


Exploración por tomografía computarizada (TAC):
consiste en una serie de rayos X para crear una imagen detallada del cerebro. Una exploración por tomografía computarizada puede mostrar una hemorragia, un tumor, un ataque cerebrovascular y otras enfermedades.


Angiografía cerebral:
en este examen el médico inserta un tubo delgado y flexible (catéter) a través de una pequeña incisión, por lo general inguinal y la dirige a través de las arterias e inyecta una sustancia para que se puedan visualizar en las imágenes por rayos X. Este procedimiento brinda una visión detallada de las arterias del cerebro y del cuello.


El objetivo del tratamiento del ACV es salvar la vida a la persona en una primera instancia, luego el tratamiento es fundamental para recuperar el estilo de vida previo al ACV. Como sabemos, las secuelas de un ataque cerebrovascular son bastante graves y no tomar las medidas pertinentes puede generar otras enfermedades y afectar emocionalmente al paciente. 


Por esta razón, lo mejor es hacer terapia y algunos ejercicios en casa para fortalecer y recuperar la independencia que necesitamos para hacer cosas tan simples como vestirnos o cepillarnos los dientes. 


Algo para tener muy presente es que para una óptima recuperación tras un ACV, debemos trabajar la fuerza, el equilibrio, el movimiento y la resistencia. Estos cuatro elementos son los que nos permiten agarrar elementos o mantenernos en pie. 

Siempre que nos ejercitemos en casa es importante no excedernos y tener en cuenta las recomendaciones de nuestro médico. 


Para conocer cuáles ejercicios puedes realizar en casa, haz clic en el siguiente enlace:
Ejercicios para pacientes con ACV que se pueden hacer en casa. También puedes optar por alternativas más modernas como la conciencia corporal cuyo objetivo es que conozcamos dónde y cómo se mueven los músculos. Para aprender más sobre este método entra aquí: El enfoque de la conciencia corporal como tratamiento de ACV. 


Si quieres conocer más sobre el ACV, cómo puedes prevenirlo o actuar cuando surge un episodio de este tipo te invitamos a visitar
nuestro blog, cuyo objetivo es concientizar a la ciudadanía sobre esta enfermedad que cobra la vida de millones de personas cada año. 

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