Los ejercicios para pacientes con ACV son la mejor terapia para una óptima recuperación tanto física como mental. Si has tenido un evento de este tipo es posible que te sientas frustrado por la falta de independencia.
Pero no te preocupes, con los ejercicios que te daremos a continuación podrás ir recuperando esa independencia, al tiempo que aliviarás la tensión que pueden tener tus familiares por tener que estar más pendiente de ti.
Pero antes de continuar vale la pena aclarar que los
ejercicios para pacientes con ACV pueden variar de una persona a otra. Si bien se recomiendan programas de entrenamiento de fuerza, habrán personas que necesiten priorizar otros aspectos. Además, cada ataque cerebrovascular es distinto y por ende cada paciente presenta diferentes efectos secundarios.
Por lo tanto, todo sobreviviente de un ACV debe hablar con su terapeuta para obtener las mejores recomendaciones y ejercicios. Sin embargo, estos son algunos ejercicios comunes que todo paciente debería realizar tras un evento isquémico y lo mejor de todo pueden realizarse en casa.
La clave del éxito en la recuperación o rehabilitación tras un ACV es trabajar en la fuerza, el movimiento, la resistencia y el equilibrio. Son estos cuatro aspectos en los que comúnmente trabajan los fisioterapeutas o terapeutas ocupacionales después de un ataque cerebrovascular.
De los ejercicios para pacientes con ACV que te daremos a continuación te recomendamos: Intenta realizar de 10 a 15 repeticiones de cada ejercicio, de 2 a 3 veces al día, de 3 a 5 días a la semana. Haz sólo los ejercicios que te resulten fáciles y seguros.
Dile a un familiar o a una persona cercana que te ayude mientras haces los ejercicios para mayor seguridad. En caso de duda, consulta con un profesional o pregúntale a tu médico sobre una derivación a fisioterapia o terapia ocupacional para una orientación más individualizada.
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Este ejercicio sirve para mejorar el rango de movimiento y fortalecer el antebrazo y la muñeca.
Cómo hacerlo:
Si te causa dolor puedes usar tu mano fuerte para aplicar un estiramiento suave en el rango de movimiento del extremo de la muñeca durante 90 segundos en cualquier dirección.
Ayuda a mejorar la fuerza y el rango de movimiento en el hombro y prevenir complicaciones como hombro congelado o subluxación del hombro.
Cómo hacerlo:
Para mayor efectividad y resistencia puedes agregar peso usando una banda elástica, botellas de agua o unas pesas muy pequeñas.
Mejora la fuerza y la coordinación en los brazos y promueve la neuroplasticidad (reorganización de los nervios y las células cerebrales).
Cómo hacerlo:
Para hacerlo más difícil, sostén una pesa o un peso ligero en las manos. Para que sea más fácil, coloca las manos sobre una toalla para reducir la fricción.
Este es un ejercicio fundamental para maximizar la estabilidad del núcleo y mejorar el equilibrio.
Cómo hacerlo:
Para aumentar la carga de peso a través del brazo débil, coloca la mano involucrada en un mat de yoga o bola terapéutica.
Funcionara para mejorar la fuerza del tronco y ayudar con las transferencias y el cambio de peso.
Cómo hacerlo:
Puedes alternar este ejercicio llevando las manos hacia abajo por la espinilla izquierda y la espinilla derecha y regresar a la línea media.
Para fortalecer la cadera y el tronco, así como mejorar la coordinación alterna.
Cómo hacerlo:
Cuando te sientas más seguro podrás hacer el ejercicio de pie mientras te sujetas a un mostrador o una mesa resistente o puedes intentarlo acostado boca arriba y llevando la rodilla hacia el pecho.
De los
ejercicios para pacientes con ACV, este es clave para fortalecer las piernas y los músculos centrales, así como mejorar la estabilidad pélvica.
Cómo hacerlo:
Ayuda a fortalecer el tronco y piernas, mejorando el equilibrio en caso de un cambio de peso.
Cómo hacerlo:
Este ejercicio puede hacerse de mil maneras. Puedes intentar no usar las manos, bajar en cámara lenta a la cuenta de 3, sostener una mancuerna liviana o incluso poner tu pie en un taburete bajo para “forzar” la pierna más débil a trabajar más duro.
Esta técnica es muy buena para la fuerza central y bastante útil para soportar peso a través de los brazos y las piernas.
Cómo hacerlo:
Para mayor dificultad puedes intentar colocar un vaso de agua en la espalda para tratar de no regarlo, esto te ayudará a trabajar más y mejorar el equilibrio, la fuerza y la resistencia. También puedes mantener las plantas de los pies y las palmas de las manos plantadas y balancearte suavemente hacia adelante y hacia atrás o de lado a lado.
Con este ejercicio podrás aumentar la fuerza en el tronco y la zona posterior, especialmente los glúteos, que son esenciales para pararse y sentarse.
Cómo hacerlo:
Para hacer este ejercicio más fácil puedes estirar las piernas y colocar un cojín debajo de las rodillas, luego levanta la caderas presionando el cojín. Si quieres aumentar el nivel puede levantar y bajar un pie, luego el otro, mientras sostienes arriba la cadera.
Estos son algunos de los
ejercicios para pacientes con ACV
que pueden ayudar a mejorar tu estilo de vida e ir recuperando de a poco esa independencia que muchas veces es necesaria para realizar actividades básicas como ir al baño o vestirse.
Recuerda siempre consultar a tu médico sobre los ejercicios que puedes hacer, pues cada paciente es único, por ende cada entrenamiento o tratamiento debe estar enfocado a las necesidades de cada quien.
Si quieres más consejos sobre cómo tratar el ACV y te gusto este artículo te invitamos a visitar
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