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Hemorragia intracerebral: causas y diagnóstico 

Hemorragia intracerebral

Hemorragia intracerebral

La hemorragia intracerebral es un derrame sanguíneo dentro del cráneo, originado por la rotura no traumática de un vaso sanguíneo y según su localización puede ser intraparenquimatosa , subaracnoidea o intraventricular. La clasificación de la hemorragia intracerebral varía en función de la causa del derrame en primaria y secundaria. La hemorragia intracerebral primaria es la presentación más frecuente, ocasionada por la rotura de un vaso de la red vascular del encéfalo secundaria a una lesión de la pared por fenómenos patológicos como la hipertensión arterial o en algunos casos la angiopatía amiloide.

Por otro lado, la hemorragia intracerebral secundaria se origina por la rotura de vasos sanguíneos congénitamente anormales que presentan alteraciones en su pared, o por alteración en los factores de la coagulación, por tumores, malformaciones arteriovenosas, o abuso de drogas.

Incidencia de la hemorragia intracerebral

Según las Guías de actuación clínica en la hemorragia intracerebral, la incidencia varía en función de la ubicación geográfica, la raza, la edad y sexo. De igual forma, la hemorragia intracerebral constituye una emergencia neurológica, representa entre el 10 y el 15% de todos los ataques cerebrovasculares, y condiciona un peor pronóstico, con tasas elevadas de morbilidad y mortalidad.

Factores de riesgo

El factor de riesgo más importante para el desarrollo de la hemorragia intracerebra l además de la edad y el sexo, es la hipertensión arterial, presente hasta en un 60% de los casos, sobre todo en pacientes con poca adherencia al tratamiento, mayores de 55 años y en jóvenes fumadores. De acuerdo con algunos autores “...la HTA se encuentra en el 91% de los pacientes en el momento de la hemorragia cerebral y en el 72% de los casos los pacientes son hipertensos conocidos”. La hipertensión arterial condiciona una disfunción endotelial que favorece la lesión vascular, incrementando el riesgo de infartos y de hemorragia.

Otro factor asociado es la angiopatía cerebral amiloidea, trastorno que lesiona las arterias y arteriolas de la leptomeninges y corteza cerebral al causar aumento en el depósito de amiloide. Este tipo de hemorragia con frecuencia aparece en la porción posterior del cerebro, son de predominio cortical y en más frecuentes enpersonas de la tercera edad. Se ha descrito que hasta en la mitad de los pacientes con angiopatía cerebral amiloidea se presenta deterioro cognitivo.

Adicionalmente el consumo de alcohol por encima de 50-100 g/día, incrementa el riesgo de padecer una hemorragia intracerebral ya que éste presenta un efecto hipertensor, altera los factores de la coagulación y la integridad de los vasos sanguíneos. Existen otros factores genéticos de riesgo descritos como la mutación del gen que codifica la subunidad alfa del factor XIII de la coagulación (formador de fibrina).

Fisiopatología de la hemorragia intracerebral

Tras la rotura de los vasos sanguíneos de la parénquima cerebral, se produce la formación de un hematoma acompañado de daño neuronal con gran afluencia de neutrófilos y macrófagos y porque se desencadena en la neuronas el fenómeno de muerte celular llamado apoptoisis; todo ello genera un edema perilesional (en torno a la hemorragia) que inicia en las primeras 24 a 48 horas y puede mantenerse incluso hasta 5 días.

Manifestaciones clínicas de la hemorragia intracerebral


  1. Adormecimiento o debilidad repentina de la cara, brazos o piernas, especialmente en una parte del cuerpo
  2. Confusión, mareo o pérdida de equilibrio y coordinación
  3. Dificultad repentina para ver por uno o ambos ojos
  4. Dolor de cabeza severo y repentino sin ninguna causa conocida
  5. Pérdida de sensibilidad o sensaciones anómalas en un lado del cuerpo
  6. Dificultad para hablar o entender el lenguaje

Diagnóstico de la hemorragia intracerebral

De acuerdo con las Guías de actuación clínica en la hemorragia intracerebral , inicialmente los pacientes deben ser estabilizados en lo hemodinámico y cardiorrespiratorio para posteriormente evaluar el déficit neurológico. El objetivo es confirmar la naturaleza hemorrágica del ataque cerebrovascular, diferenciarlo de un ataque isquémico para identificar la etiología de la hemorragia y prevenir posibles complicaciones; lo cuala se hace sin dificultad por una tomografia simple del cerebro (TAC).

Pruebas de laboratorio

Es necesario llevar a cabo un análisis de sangre que incluya un recuento sanguíneo, electrolitos, urea, creatinina, función hepática y glucosa. Los niveles elevados de creatinina y glucosa se encuentran asociados a una extensión de la hemorragia y a un peor pronóstico funcional.

Pruebas de imágenes

Como se ha expresado anteriormente, la primera elección diagnóstica en hemorragias es la tomografía computarizada, técnica que utiliza un equipo con escáner que con un haz de rayos X genera imágenes separadas de las diversas áreas del cerebro.

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