ACV transitorio se define como un episodio de déficit neurológico originado por un evento isquémico cerebral focal de duración inferior a 24 horas (Existe un movimiento científico cada vez más amplio que propone reducir este tiempo a una hora, agilizando con ello la rápida atención del ataque cerebrovascular). El ataque cerebrovascular isquémico transitorio (AIT) se relaciona con lesiones vasculares que ocluyen temporalmente el aporte sanguíneo en un territorio cerebral.
Los mecanismos de producción de un ACV transitorio, son similares a los de cualquier tipo de isquemia cerebral, por ello debe interpretarse como una advertencia de un posible ataque cerebrovascular. Según Nacul R y O´Neil S, el riesgo de padecer un infarto cerebral después de un AIT oscila entre 10 y 20% durante los siguientes 90 días. De este porcentaje hasta 50% se manifiestan en las primeras 24 a 48 horas.
La presencia de un ACV transitorio, permite establecer el tratamiento preventivo que disminuye la recurrencia de infarto cerebral. Actualmente, éstos incluyen el manejo de los factores de riesgo modificables e intervenciones como la endarterectomía carotídea, trombolisis en fases agudas y anticoagulación en estados cardioembólicos con alto riesgo de embolismo.
¿Cuáles son los síntomas de un ACV transitorio?
Frecuentemente los AIT perjudican el tejido cerebral de la arteria cerebral media, por lo cual las manifestaciones clínicas suelen aparecer en forma de episodios de alteración del lenguaje o de debilidad en el lado opuesto del cuerpo. A pesar de esto, pueden presentarse otros síntomas como:
Diagnostico ACV transitorio
El diagnóstico de AIT se basa en la historia clínica y el examen neurológico. El enfoque clínico debe determinar el mecanismo de producción de la oclusión y descartar la presencia de un infarto cerebral. Durante el examen físico se establecerá la existencia de cardiopatías, fibrilación auricular, enfermedades de origen vascular u otras condiciones de riesgo de isquemia cerebral.
En el examen neurológico se evalúa la capacidad funcional y los signos persistentes.
Los exámenes paraclínicos permiten determinar el mecanismo fisiopatológico del desarrollo del AIT, además de descartar la existencia de un infarto o hemorragia cerebral. Las imágenes diagnósticas son fundamentales en la evaluación del AIT. Dentro de las más utilizadas se encuentran:
Resonancia magnética (RM): es una técnica de imagen no invasiva que emplea imanes para producir un campo magnético sin exponer el cuerpo a radiación para producir imágenes tridimensionales de órganos y tejidos. Se usa fundamentalmente para la detección de patologías, confirmar diagnóstico y el monitoreo en diversos tratamientos.
Este examen permite detectar aneurismas de los vasos del cerebro, lesiones vasculares, presencia de coágulos y tumores. Para obtener una imagen por RM, el paciente debe ubicarse dentro del campo magnético generado por un gran imán y permanecer inmóvil durante el proceso para evitar producir una imagen borrosa.
Tomografía computarizada (TM): se trata de un procedimiento computarizado que emplea rayos x proyectados alrededor del crebro del paciente para emitir imágenes transversales. El objetivo de la tomografía es recolectar varios cortes transversales para crear una imagen tridimensional de un tejido u órgano. Esto permite identificar fácilmente la localización de estructuras, las anormalidades, presencia de tumores, entre otros.
Tratamiento preventivo de infarto cerebral
El manejo de los factores de riesgo modificable hace referencia al control de la hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, alcoholismo, obesidad-sobrepeso, síndrome metabólico, arritmias cardiacas, enfermedad coronaria. Debido a esto, como se ha mencionado anteriormente en post, debe:
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