Actúa oportunamente contra el ACV

Arteria carótida: alteraciones

Arteria carótida

Las arterias carótidas según la Dra. M. ª Teresa Reina Gutiérrez Médico especialista en Angiología y Cirugía Vascular y el Dr. Isaac Martínez López Médico residente de 3.er año del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular, son de mediano calibre y nacen del cayado aórtico. La arteria carótida derecha se origina junto a la arteria que se encarga de la irrigación de la extremidad superior derecha, denominada arteria subclavia, formando el tronco braquiocefálico. La arteria carótida izquierda se origina de manera independiente.

Ambas carótidas ascienden por el cuello, a lado y lado de la tráquea. La primera porción de estas arterias, que se denomina arteria carótida común, se divide en carótida externa, que da el riego de la cara y el cuello, y carótida interna, que va al cerebro.

Existen otras dos arterias que irrigan el cerebro: son las arterias vertebrales, que nacen en las arterias subclavias y ascienden por la zona posterior del cuello; durante una gran parte de su recorrido se sitúan dentro de la columna vertebral cervical. Estas arterias también enferman, pero la posibilidad de producir síntomas y causar secuelas importantes es menor.

Las enfermedades de las arterias carótidas son las responsables de aproximadamente el 30% de los infartos cerebrales. Así mismo, los doctores afirman que “El infarto cerebral es la presentación más frecuente del denominado ataque cerebrovascular (ACV) y hace parte del conjunto de enfermedades cuya principal manifestación es la alteración del riego sanguíneo cerebral”.

¿Cómo puede ocluirse la arteria carótida?
La estenosis de la arteria carótida es un estrechamiento de la luz de las arterias que se encarga de la perfusión sanguínea dirigida hacia la cara y el cerebro. Este estrechamiento generalmente es el resultado de una acumulación de placa ateromatosas depositada en las paredes de las arterias (arteriosclerosis) que consecuentemente produce una disminución de la circulación sanguínea, que puede contribuir a la obstrucción total de la arteria y por consiguiente a muerte celular.

Se han descrito otras causas menos frecuentes de la enfermedad carotídea como: la displasia fibromuscular, lesiones por <1radiación previa, entre otras.

Síntomas y signos de la enfermedad de la arteria carótida
Una parte de los pacientes con enfermedad de las carótidas suelen ser asintomáticos durante largo tiempo. Sin embargo, el estrechamiento de la arteria como consecuencia de la formación de placas de ateroma y su posterior desprendimiento o formación de trombos puede generar síntomas como:


  1. Pérdida de fuerza y/o sensibilidad en una parte del organismo (cara, brazo o pierna), estos síntomas son lateralizados, es decir; ocurren sólo en un lado del cuerpo.
  2. Trastornos en el habla.
  3. Pérdida de visión de un solo ojo que puede ser parcial o total.
  4. Factores de riesgo del desarrollo de la enfermedad de la arteria carotídea

Como se ha mencionado en post anteriores, la prevención de los ACV radica en el control sobre los factores de riesgo de tipo modificable ya que estos están directamente asociados a la aparición y progresión de la arteriosclerosis, siendo la principal causa de la enfermedad carotídea.


  • La hipertensión arterial genera un daño degenerativo de las paredes de los vasos sanguíneos, como consecuencia genera una susceptibilidad al depósito de grasa.
  • El tabaco contiene nicotina y radicales libres así como dióxido de carbono que dañan el endotelio modificando su estructura permitiendo formación de placas de ateroma. De igual forma, el tabaco puede incrementar la probabilidad de la formación de un coágulo.
  • La diabetes mellitus especialmente en pacientes hipertensos aumenta la probabilidad de ACV o enfermedad carotídea ya que puede generar disfunción endotelial (daño estructuras de los vasos sanguíneos).
  • La obesidad y el sedentarismo son factores asociados a una vida poco saludable y son los principales autores en la formación de placas de ateromas que aparecen como consecuencia de daño endotelial y consumo excesivo de colesterol y grasas trans.

El consumo moderado de alcohol se ha documentado que puede tener efectos protectores frente a las enfermedades vasculares cerebrales y coronarias, sin embargo el abuso de éste así como las sustancias psicoactivas, incrementan el riesgo de un ACV o enfermedad carotídea.


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