Se considera un evento cerebrovascular en individuos jóvenes, cuando éste ocurre en edades inferiores a los 45 años. En general este evento es poco frecuente, según Hernández F “entre un 4 al 5% de los pacientes con EVC, con una incidencia de 10 en 100,000 habitantes y una mortalidad del 2.5%”. Las secuelas en esta población son mucho más devastadoras en relación con edades más avanzadas, ya que perjudican la edad reproductiva del paciente y la de sus familias.
Aunque la supervivencia en pacientes jóvenes es mucho mayor que en individuos de edad avanzada; la mayoría de estos jóvenes sobrevivientes con frecuencia desarrollan secuelas emocionales, sociales e incapacidades físicas permanentes que deterioran su calidad y estilo de vida.
Como en cualquier ataque cerebrovascular, los síntomas de ACV en jóvenes dependen de la extensión del tejido lesionado y severidad de los mecanismo fisiopatológico producido. Algunos síntomas de ACV en jóvenes pueden incluir convulsiones, alteraciones del lenguaje, dificultad para caminar o debilidad de un lado del cuerpo, cambios del estado de alerta, alteraciones de la conciencia entre otros déficits motores focalizados.
Los factores de riesgo asociados al desarrollo de un ACV en individuos jóvenes son los antecedentes familiares de ataque cerebrovascular, el tabaquismo, la dislipidemia, cardiopatía, diabetes mellitus e hipertensión arterial.
No hay un tratamiento establecido para los síntomas de ACV en jóvenes . Por lo general muchos de ellos son asintomáticos y no requieren tratamiento. En los pacientes que no presentan un evento cardioembólico o enfermedad oclusiva de grandes vasos, puede darse manejo con aspirina (AAS) y un estricto control de los otros factores de riesgo vasculares. De esta manera, el tratamiento preventivo estará enfocado en el fenómeno trombótico.
De manera general, para pacientes jóvenes asintomáticos el tratamiento inicial es semejante al resto de los eventos presentes en individuos de edades avanzadas: control estricto de la tensión arterial, manejo de convulsiones, se reestablece la hidratación, los niveles séricos de oxígeno, glucosa, electrolitos, entre otros. Uno de los principales objetivos será identificar los factores de riesgo controlables, así como los factores desencadenantes, y el estado clínico general. En cuanto al tratamiento farmacológico se tendrá en cuenta el uso de heparina y el de aspirina para disminuir el riesgo de nuevos eventos.
Por último, para los pacientes jóvenes que presentan un evento cerebrovascular el tratamiento debe enfocarse en:
Como se ha expresado anteriormente, un ataque cerebrovascular es una urgencia médica y la acción temprana puede reducir los daños neurológicos y funcionales permanentes, sobretodo en pacientes jóvenes. De esta manera, si observas algún signo o síntoma de accidente cerebrovascular isquémico transitorio comunícate con 123. Los síntomas de alarma son:
A: No puede Alzar las manos
H: Se le dificulta Hablar
O: Visión alterada en un Ojo
R: Rostro o cara torcida
A: ¡Actúa!
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